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Rumicucho

Pucará

Sabias que...
La palabra quichua Pucará identifica un tipo de edificación aborigen muy común en los Andes de Sudamérica.

Estas construcciones, generalmente levantadas en la cima de colinas con ubicación estratégica, fueron utilizadas durante la expansión del incario en calidad de fortalezas para defender  territorios conquistados o como lugares de aprovisionamiento de vituallas para los ejércitos empeñados en la expansión del Estado Inca.

Aunque se cree que tenían la función de vigilar el tránsito entre Quito y la región norte de Guayllabamba, se hipotiza que los pucara’ eran centros de estudio astronómico, reconocidos por los Incas como tales. En el área existían tres importantes “pucaracunas”: el de Rumicucho a 2400 m., ed de La Marca a 3000 m. y el pucara’ de Trigoloma a 2650 m.

 

El Pucara’ de Rumicucho, como todo Pucará Andino, fue utilizado para actividades militares. De acuerdo a los estudios realizados, se desprende que la colina, originalmente de superficie curva, fue modificada intencionalmente para obtener una forma escalonada, dejando al centro una plataforma rectangular que cumplió funciones de carácter ceremonial, a juzgar por la amplia visibilidad que proporciona en los cuatro puntos cardinales, cuanto también por la ausencia de restos de ocupación humana. En los extremos de este espacio se distribuyen dos terrazas a cada lado, en cuyo interior se ubican varios recintos habitacionales actualmente identificados por los cimientos, agujeros de postes,  gran cantidad de restos de alimentación y desechos de objetos de cerámica, piedra y hueso. El espacio arquitectónico demuestra que poseía dos áreas: una ceremonial, en la tercera terraza, y un espacio de consumo de alimentos y tal vez lugar de ritos, en la segunda y primera. La quinta y los espacios laterales fueron domésticos y habitacionales.

Casa Hacienda de Caspigasí​

La hacienda tuvo algunos dueños a lo largo de su historia hasta que a inicios del siglo XIX pasa a ser propiedad de las monjas carmelitas del nuevo Monasterio del Carmen (Carmen Bajo).

A fines del siglo XIX, las monjas carmelitas deciden construir en éste terreno, la casa de hacienda y una iglesia. Estas construcciones sufrieron deterioros a lo largo del tiempo pero se mantuvieron en pie.

Gracias al trabajo y a la lucha de las organizaciones comunitarias se logró recuperar por completo la edificación que en la actualidad se encuentra inventariada como bien patrimonial.
El diseño arquitectónico de la Casa de Hacienda de Caspigasi’ del Carmen es proprio de fin  de siglo XIX e inicios del XX. La Casa de la ex Hacienda está distribuida de la siguiente  manera: una antesala, tres cuartos de diferentes tamaños que fueron habitaciones de  los  empleados de la Hacienda, una sala amplia que fue utilizada como bodega en la que  existe una antigua trilladora de  madera y un amplio cuarto que era utilizado como cocina.

La Iglesia, por su parte, esta’ distribuida de la siguiente manera: una nave central, una  habitación seguramente para la persona que daba el servicio religioso, un cuarto que  tenia las funciones de bodega (para recaudar diezmos) y, sobre la nave central, un altillo.

Pululahua​

• Pululahua (Reserva , Cerro Pondoña, Cerro Chivo, Casa de Hacienda, Hornos de Cal)

La Reserva Geobotánica Pululahua cuya superficie aproximada es de 3.363 hectáreas, con una altura desde los 1.600 metros hasta los 3.000 metros sobre el nivel del mar, tiene en su interior un volcán activo compuesto por una caldera semidestruida, domos, depósitos aluviales, coluviales y lacustres.

La comunidad está localizada en el medio de la caldera del volcán, en un área plana de alrededor de 220 hectáreas, de la que solo 85 hectáreas corresponden a la parte de comunitarios residentes. Sus límites son las paredes rocosas, elevaciones o domos generados en el desarrollo geológico-histórico que la dinámica volcánica ha generado.

Los bosques nublados de la Reserva constituyen la única forma de captar la humedad y contribuir a la formación de fuentes de agua, las mismas que son utilizadas por la población local, para consumo humano y riego. Además, gracias a estos bosques, las aguas que allí se forman, alimentan los ríos del lugar. En la parte superior de la Reserva nace el río Blanco, a una altitud de 3.140 metros de altura sobre el nivel del mar, entre las lomas de Moraspungo y Monjas, en uno de los sitios de mayor nubosidad y humedad de la Reserva.

En medio del cráter un cerro de significativa altitud denominado “El Pondoña” embellece el conjunto. Al interior  de la caldera se destaca también el cerro del “Chivo”. Hacia el occidente están el Cerro “Aserradero” en posición noroeste, conjuntamente con el Cerro “Lavadero”, el “Sincholahua” y el sector de “Lulumbamba”
como limites norte, y nororientales.

La vegetación arbórea densa tiene una gran cantidad de musgos, helechos, líquenes, bromelias, y orquídeas.

• El Chivo: se trata de un pequeño domo de lava en la parte sur del cráter, que termina en una pequeña cima. El sendero comienza en el área de los tanques de agua para la comunidad. También hay un sendero que continúa hacia el sur, sin subir al Chivo, hasta llegar a las cuencas hidrográficas.

• El Pondoña: Es un domo de lava formado en una erupción 500 años después de que el volcán colapsó. También hay un pequeño cráter en la cima oriental (frontal) parte de la cúpula. Esta cima tiene un sendero que da acceso a la zona de la colina trasera. Las vistas desde esta cima son fabulosas. El sendero que lleva a su cima pasa por una colina que se encuentra cubierta de Epidendrum quitensium.

Hornos de Cal: Los Hornos de Cal son estructuras de roca de 3 a 5 metros de altura con un diámetro interior de 1,5 a 2 metros, similares a una chimenea redonda. La piedra caliza era minada y retirada de las paredes del volcán, luego era transportada por mulas al horno.

El horno era cargado con varias capas de madera y piedra caliza, luego el fuego era iniciado por la parte baja del horno. El horno permanecía encendido todo el tiempo, y la cal pura descendía al fondo donde era colectada en fundas después de un período de enfriamiento. Cuando una capa de madera se consumía, todas las otras capas descendían rompiendo la piedra caliza contra las rejas de metal en el fondo del horno. En este punto se cargaban más capas de piedra y madera para mantener el horno encendido.

La producción de Cal fue la principal actividad económica de los antiguos  pobladores de la zona del Pululahua. Cuenta la historia que los pobladores transportaban la piedra caliza hacia los hornos, los cuales eran cargados con varias capas de madera y piedra para luego  dar inicio al fuego por parte inferior del mismo. El fuego ayudaba a consumir los materiales inorgánicos y a purificar el carbonato de calcio.

La extracción de carbonato de calcio o cal fue la principal actividad económica y la más recordada por los antiguos pobladores de la zona.  Los antiguos cuentan que la cal salía dos veces al día, una vez en la madrugada, y otra vez a medio día. Toda la cal se cargaba a lomo de mula y se transportaba hasta San Antonio.

Cada horno producía 20 a 40 sacos de cal por día, lo que significa que manadas de diez a veinte mulas transitaban por la caldera todos los días.

En la zona del Pululahua hay doce hornos de piedra caliza. La cal fue utilizada en la construcción de las iglesias y del Quito colonial. Casi todas las paredes del actual Quito colonial están pintadas de blanco con este material.  la cal también se mezclaba con arena, agua y arcilla para hacer un material utilizado para unir las rocas; algo similar al cemento.

Por esta razón la cal también fue utilizada para la construcción de paredes de roca.

Catequilla


El Catequilla ha sido catalogado como un axis mundi. A la base del cerro pasa el antiguo camino precolombino el Camin del Inca “Cápac ñan” que iba al
país caranqui, donde Huayna Capac hizo la última campaña bélica del imperio.

El topónimo ‘Catekilla’ sugiere que el cerro habría sido talvez una huaca de Katekil,el héroe andino que fulminaba a sus enemigos con rayos y truenos. La mitología de los varios Catekillas ubicados en el Ecuador ha sido estudiada por los arqueólogos canadienses John y Sara Topic, quienes han señalado ya que el culto de Katekil fue traído del norte del Perú por Huayna Cápac.

En la loma del Catequilla se encuentra el monumento a la Mitad del Mundo mas antiguo: el verdadero punto 0° 0’ 00’’. Se trata de una plataforma de piedra circular bordeada por una pequeña pared que data de períodos pre-incas.

Este destino está muy cerca de Quito y se puede llegar en auto hasta la
cumbre. Es un sitio perfecto como observatorio natural. Desde el Catequilla se puede observar, al oeste, la ciudad Mitad del Mundo, San Antonio de Pichincha, las ruinas de Rumicucho y parte de Quito. Al este hay una hermosa vista del valle del Guayllabamba. Si del Catequilla se trazan líneas en ciertos ángulos (particularmente de los solsticios y los equinoccios) se van a encontrar, en fila,
los asentamientos arqueológicos e históricos conocidos. Algunas de las líneas que salen de Catequilla, cruzan también iglesias construidas durante la época colonial española. Cristóbal Cobo explica que, en 1570, el gobierno de Lima insistió en que se levantaran "iglesias, conventos, monasterios, capillas y cruces sobre todas las guacas [tumbas] paganas y lugares de culto de los pueblos indígenas". La corona española no consideraba aceptables esos lugares de culto
así que fueron destruidos, y sobre las ruinas de los antiguos templos del Sol, se edificaron iglesias católicas, lo que facilitó la conversión de los nativos al catolicismo. En Catequilla se encuentra también un punto de relevamiento del Instituto Geográfico Militar del Ecuador

Altares Preincaicos

Los habitantes de la zona tenían una fuerte especialización en el campo de la astronomía que hizo posible el conocimiento exacto de los equinoccios y solsticios. Esto se ha comprobado por investigaciones recientes en la localización de diez plataformas líticas relacionadas seguramente con el culto solar de los habitantes primitivos de la zona. Según los estudios arqueológicos estas
plataformas eran nómones o relojes solares debido al uso de granito de varios colores donde se aprecian las líneas de los aparentes movimientos del Sol con respecto a la Tierra. Por su datación se ha concluido que su origen solo puede ser preincaico.

Estas plataformas líticas son mosaicos circulares de granito en los que se distingue una división del globo según las líneas de equinoccios y solsticios.
Una de estas plataformas se encontró en la cima del Cerro Catequilla, al este de San Antonio de Pichincha. Al analizarla se comprobó que era un círculo cubierto por capas de tefra volcánica, con una antigüedad aproximada al 1000 d.C. y una visibilidad estratégica del entorno de características sorprendentes.
Otra dos plataformas se encontraron en el cerro Jarata; otra cerca al Pucará de Rumicucho, donde gránidos rosados y grises distinguen las líneas de los equinoccios y solsticios. Una muy importante se encontró en el Cerro La Marca donde se oculta el sol equinoccial, pero lastimosamente esta casi perdida. En la zona de Tanlahua se encuentran unas de las pocas estructuras bien conservada debido a la protección de la hacienda.

Casa Hacienda de Tanlahua

Casa Hacienda de Tanlahua
Las Casas de Hacienda en la Parroquia de San Antonio de Pichincha y en la Parroquia de Calacali testimonian lo que fue el sistema agro pecuario de las Hacienda desde el siglo XVII hasta el siglo XX. Este sistema productivo estaba caracterizado por el latifondo y la utilización intensiva de los terrenos a través de la producción agricola. Más tarde este área fue manejada a través del sistema
del “huasipungo” a través del cual los indigenas estaban obligados a trabajar en las tierras del propietario terriero a cambio de usufructo de un pequeño pedacito de tierra. Este sistema de producción se mantuvo hasta la Reforma Agraria en la mitad del siglo XX a empezar desde el 1964.

En el territorio de la Hacienda se encuentran también algunas importantes plataformas líticas de época preincaica.

Montes Sagrados

  • La Marca

Al otro lado de la planicie de Rumicucho, se puede observar el cerro de La Marca, donde existen dos pucaráes precolombinos. Es una de las tres principales elevaciones que se puede observar desde la cima del Pucará; no posee mayor diversidad de flora por lo que se encuentra en un lugar con vegetación xerofítica. El cerro La Marca, antiguamente denominados “Parca”, que significa unión y muerte, se encuentra representado en el escudo de la Provincia de Pichincha.

Huacamullo
Huacamullo, es el nombre que tiene el espacio de la comunidad de Caspigasí que lindera con la Reserva Geobotánica Pululahua y que es parte de la franja de amortiguamiento del área protegida; se extiende desde "El Mirador" del Pululahua hasta las canteras abandonas de material pétreo que se encuentran en las estribaciones del cerro Sincholahua.
En Huacamullo se encuentran tres de las cabañas para alojamiento turístico de la Red de Turismo.
Es un espacio de notable belleza paisajista e interés histórico: es “el filo” que divide a Pululahua de Caspigasí, constituyéndose en un largo mirador natural del volcán y de la reserva por un lado y del valle equinoccial por el otro; protege a la reserva con  un bosque primario de importante  riqueza faunística y florística y finalmente conserva rasgos y testigos de la historia agraria y minera de la zona.

• Sincholahua

El Sincholahua forma parte las de elevaciones consideradas sagradas por los pobladores de esta zona. Ubicada al suroeste de la Reserva Geobotánica Pululahua y con una altura de 3.356 metros sobre el nivel del mar en la cumbre, se constituye la más alta del Valle Equinoccial.

Una de las características principales de esta elevación es la presencia de un hito ubicado en la cima. Este elemento marca geográficamente el punto de unión de cuatro comunidades, que son: Caspigasí  del Carmen, Tanlahua, Rumicucho y Pululahua.

Cabe destacar además la belleza paisajística que se puede disfrutar desde la cumbre de esta elevación, ya que nos brinda una vista panorámica de este hermoso valle y sus montes sagrados.

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